La foto perfecta
Lo que la fotografía me enseñó para diferenciarme de la competencia y ser única... únicamente idiota, quiero decir.
Te voy a contar un secreto: me encanta la fotografía.
No se me da bien, de hecho soy un desastre. Hablo de fotografía pura, de la que regulas el obturador, el diafragma y hasta la respiración para que el disparo sea perfecto.
En la universidad, el profesor me decía literalmente que hacía “muy malas fotos pero muy buenos encuadres” y que era una pena que no trabajase esa parte más técnica.
La verdad es que de manera inconsciente, siempre busco ese encuadre perfecto y no sé decirte en este caso qué es lo perfecto, solo sé que cuando veo ciertas fotos pienso: “es perfecta”…
¿No te pasa?
Te quedas horas y horas mirándola y desde todos los puntos de vista (color, composición, exposición, equilibrio, etc), es perfecta. Así pasa con algunas de las más famosas de la historia.
Mira:
Es brutal, ¿verdad?. No puedes parar de mirarla. Impacta, te consume. Sientes que la conoces, sientes que ya has caído y sin querer, debes parar de mirarla porque sabes que ella no va a retirar la vista.
Te voy a poner otra imagen icónica que no necesita más que silencio al contemplarla:
…
…
Ahora no… sigue en silencio…
Ya.
Ahora quieres una historia de amor… de eso también tengo: el momento narrativo perfecto. Te lo dedico:
No puedo evitarlo: me encanta perderme en las historias que muestra una cámara y me encanta ver la vida con encuadres, como si estuviera todo el tiempo haciendo fotos. Simplemente hay momentos perfectos.
Es tal mi obsesión, que hace muuuuuchos años (cuando se podía hablar de todo libremente, debatir con amigos y la cultura y el arte iba de provocar y no de satisfacer la moral del populacho), creé una revista de fotografía junto con dos amigos fotógrafos, solo por amor al arte.
El objetivo principal, era dar a conocer a nuevos talentos, mostrándolos con glorias consagradas. Se llamó “Mirror Magazine”, porque nuestra idea, es que fuera un medio que “reflejara” a través de las imágenes, lo que el lector quisiera ver. Es decir, una foto solo es una foto, pero cuando la miras tú, seguramente veas algo distinto a lo que yo veo, porque somos diferentes (benditas diferencias).
Conservo algunas portadas, especialmente el número 1:
La revista salió en formato online y solo teníamos un propósito: hacer una revista técnica y estéticamente perfecta.
El número 1 tuvo tanto éxito, que decidimos meternos en el lío de hacerla también en papel, porque su maquetación y calidad era tan bestia, que la gente así lo pedía.
Mi sección, era de analizar a los clásicos de la fotografía: Cartier Bresson, Gerda Taró, Carter, Tichy…
En definitiva, coger fotos impactantes de la historia y meterme en la mente del fotógrafo para hablar de ella o él, a través de su obra.
Poco a poco, me di cuenta de un patrón que tenían en común todas esas imagenes y es que descubrí la razón de por qué ganaban premios, por qué conseguían ser únicas y por qué no podíamos borrarlas de nuestra cabeza una vez que las descubriamos.
¿Quieres diferenciarte sobre tu competencia? Mira una fotografía
No te engaño: no debes leer mil tratados de marketing, ni 50 hilos de X, ni siquiera preguntar a ChatGPT las claves para diferenciarte respecto a tu competencia (o simplemente ser diferente).
Para comprender aquello que te hace única o único, lo que te hace diferente, lo que es algo diferencial frente al resto, solo tienes que mirar algunas de las fotos más icónicas de todos los tiempos durante un rato.
Una persona promedio (es decir, aquellas que no me leen a mi), simplemente cogen su móvil o su cámara y disparan para hacer esas fotos super guays que suben a Instagram con carita de cachorro tristón.
Es lamentable ver la mayoría de fotos: las tuyas, las de tus amigos y hasta la de tu prima de Cuenca y te explico por qué: todas son normales.
No, no te hablo de composición, ángulo, iluminación… no, no soy gurusa de fotos tampoco. Lo terrible, es que la mayoría de fotos no se enfocan en una sola cosa.
Piénsalo:
Las fotos que te dejan sin sentido y sin aliento son aquellas que se centran en una sola cosa.
Por eso tú no eres diferente al resto, ni lo vas a ser nunca… a no ser que sigas leyendo…
Haz la prueba y pregunta a cualquier persona, cliente, amigo o amiga lo siguiente:
¿Qué tiene de especial tu producto / servicio? ¿Qué tienes tú de especial?
Piensa en ti: ¿qué tiene de especial lo que haces?
Al principio, te quedas en blanco. Normal, necesitas tiempo para pensar, pero yo no me rindo y te vuelvo a preguntar: ¿Qué tiene de especial tu marca?
Entonces, tu cerebro se recompone y se te vienen a la cabeza al menos media docena de características, funciones, beneficios… distintos.
Palabras muertas al fin y al cabo.
Por supuesto, todo es importante para ti y no sabrías qué sacrificar para poner, por ejemplo, en la home de tu web.
¿Cómo vas a elegir solo una?, ¿Cómo una característica va a estar por encima de las demás?
Además piensas que si tienes que basar todo tu producto o servicio en una sola cosa, es como quitarte valor y te hace sentir hasta desnudo o desnuda (qué drama).
Así que rápidamente me dices tooooooodas las cosas que te hacen diferente a tu competencia o a los demás.
Te miro aburrida y te digo una frase que te sienta mal, pero que luego me agradecerás con el tiempo:
En el momento en que tienes más de una característica, estás creando confusión alma de cántaro.
Pero ojo, no solo confusión en tu cabeza o en la mía, sino también en la de tu cliente, que es lo más importante. ¿Sabes por qué?.
Tú cliente tiene muuuuuuchas cosas de las que preocuparse y si tú, querido ser del demonio, le introduces media docena de beneficios, funciones o cosas de valor, olvidarán lo que les dijiste al principio.
Sin embargo, si mantienes tu mensaje centrado en un solo enfoque, lo recordarán.
¿Piensas que no?
¿Recordarías esta imagen del Ché si el plano fuera más abierto y mostrara todo el paisaje que le rodeaba y a todas las personas con las que estaba?
Lo suponía.
Centrarte en una sola cosa te permitirá no sólo que te recuerden, sino también contar una historia mucho mejor, al ceñirte solo en un punto.
Céntrate en lo importante para ellos
Tu misión es enamorarlos joder, no demostrar lo grande que la tienes.
Deja de decir ya eso de:
“Es que somos los mejores”
“es que somos / soy diferente”
No eres nada, porque disparas a todo.
Aprende de los mejores, porque luego vas de Steve Jobs y no eres capaz ni de comerte unas tristes espinacas:
Si tienes un Macbook sabes que puedes hacer mil cosas con él y que además, son monos monísimos, pero ¿sabes qué?, se centran en una sola cosa: su delgadez.
Eso es lo que les hizo ser diferenciales (al modelo Air): su peso y tamaño, que era un punto de dolor en el mundo de los portátiles.
No te hablan del almacenamiento, ni de que el teclado se ilumina, ni de la duración de la batería… ¿Crees que es por falta de ganas? No, no es eso, es que simplemente están haciendo un buen encuadre de su producto. Están sacando la foto perfecta.
Piensa en cuál es tu factor de singularidad principal que quieres destacar. Piensa en lo que haces u ofreces que soluciona el mayor dolor del cliente y céntrate en eso, no en crear una landing page diciendo: “yo también he pasado por lo mismo que tú” o “somos el mejor equipo que…”
Me aburres. Mucho.
Puedes transmitir el mensaje de mil maneras una vez que tengas tu foco, pero ya sabes lo que te he dicho muchas veces:
Te voy a decir cómo empezar a sacrificar cosas paso a paso:
Haz una lista con todos los beneficios, ventajas, características, funcionalidades o lo que quieras de tu producto o servicio. En un papel mejor (escribir a mano ordena la mente según mi psicólogo)
Reduce esa lista solo a tres elementos. ¿Por qué?. Fácil, vas a ser incapaz de reducirlo solo a uno de golpe, lo siento mucho.
Una vez que tengas los tres, elige solo uno.
Uno no significa dos.
Uno no significa el resumen de tres o de veinte.
Uno significa UNO.
El mayor error que puedes cometer, es dejar entrar en esta elección al segundo concepto de tu lista.
Solo hay espacio para uno, hazme caso, porque estás buscando tu singularidad. Si tú no eres capaz de elegir una sola cosa, tu audiencia tampoco.
Ya lo tienes todo.
Ahora coge tu cámara.
Enfoca.
Apunta.
Dispara…
… y cuéntamelo en un comentario, que me lo he ganado.
Es muy complicado eso de encontrar ese rasgo único que te identifica y que con sólo un vistazo la gente sabe que eres tú. Pero de igual manera que un fotógrafo practica y practica hasta que consigue lo que busca reflejar en sus fotos, es interesante hacer un ejercicio de instrospección y encontrar ese punto diferenciador que todos tenemos.
Me ha gustado mucho cómo has enfocado el texto y lo que querías decir con él. Adoro la fotografía (sobre todo la micro) y estoy totalmente de acuerdo en lo que comentas, con lo cuál el mensaje ha sido como una colleja de esas que te recolocan las ideas jajaja.
¡Muy útil! Voy a poner en práctica tus recomendaciones, a ver qué sale.
Buenas Mata, muy bueno lo de las portadas de revista, a mi me encanta ese tema, para mi, una de las mejores también, de allá por 1968, de la Revista Esquire con Muhammad Alí. El resto, majestuoso como siempre jajaja ;) Saludos