La fiesta
Tú y yo estamos en una fiesta con muchísima gente. La música está muy alta. De fondo, suena Shakira que sigue dolida con Piqué e insultando a una mujer, mientras que defiende que las mujeres tenemos que apoyarnos.
“Como tuuuuuuuuuuuuuu” - ese sonido en nuestras cabezas, en el ambiente.
Nos hemos separado.
Tú en una punta y yo en la otra.
No nos vemos, solo se escucha a Shakira.
Quieres irte y me empiezas a llamar porque no me encuentras, pero ella grita más alto que tú.
“Como tuuuuuuuuuuuuuu”
Nadie te contesta, ni siquiera te miran mientras te desgañitas. Es imposible escucharte. Por muy alto que grites, no te puedo ver porque no estoy en el mismo lugar que tu.
Ante esto, solo tienes dos opciones. ¿Qué decides?
A) Seguir gritando
B) Parar de gritar e ir a buscarme
Qué hipócrita has sido. Has escogido la B cuando sabes que no es cierto, eso no es lo que sueles hacer. En tu trabajo, en tu negocio, en tu vida en general si te dedicas al marketing, practicas la A.
No te sientas mal, es algo extendido.
Irónicamente, a medida que disminuye la eficacia de la publicidad, su uso e inversión se incrementa. Si un anuncio no funciona, metemos más pasta. No hay problema.
Si haces programas en Twitch, en podcast, en Youtube y no llegas a las 25 visualizaciones, quizás es el momento de que sigas haciendo más. No te pares a pensar la razón de por qué solo llegas a esas cifras. No te detengas a buscarme en mitad de la fiesta. Sigue chillando mi nombre. Sigue haciendo marketing a gran escala.
Lo que actualmente estamos haciendo es crear productos, contenidos o servicios promedio para gente promedio.
Te estás fijando solo en el centro. Esas personas, las del centro, tienen un talento especial: son la leche ignorándote.
Pero tú insiste. Quien la sigue la consigue, ¿no es así? Entras en twitter y todos vais a por el centro. Vas a Youtube y pasa igual. Es la gente en la fiesta bailando sin parar. Todos zombis.
En mundo donde las personas cada vez ignoramos más la publicidad, ¿estás seguro de que quieres seguir haciendo lo mismo?
Ignoras los extremos, a los geeks, a los innovadores, a la gente especial a la que le importa algo. Estas personas son las que están obsesionadas con algo y cuando les hables, te van a escuchar, porque les gusta escuchar. Les gusta sentir que les hablas y si tienes suerte, se lo contaran a sus amigos, los que pertenecen al resto de la curva y harán que se propague.
¿Cruzarías un país de punta a punta para comer el mejor sándwich mixto del mundo? Si te quedas en el centro, eres un sándwich mixto: común, normal, la última opción para quitarme el hambre.
Pero no te equivoques: para vender algo en marketing, hay que resolver un problema, por lo tanto hay un problema que debe aparecer. Pero no tiene que ser un problema que afecte solo a esta minoría de los extremos. Así nunca va a funcionar.
Lo que sí funciona es que encuentres rápido a un grupo que se interese por lo que vas a contar. Háblales a ellos y hazlo fácil para que se lo cuenten a sus amigos. Marketing va de sacrificar, no puedes gustar a todos. Marketing no va de gritar, va de tener algo importante que decir.
A veces no se trata del producto, del servicio, de la patente o la fabricación. Se trata de si eres capaz de propagar la idea y de contarlo al mundo. La forma de conseguir las cosas, de hacer que los cambios sucedan, o conseguir lo que quieres, es darse cuenta de cómo hacer que tus ideas se difundan.
Te voy a decir una realidad muy cruda: a las personas no les importas.
A mí no me importas. No me importas cuando sacas un curso nuevo. No me interesan tus servicios, ni tu newsletter, ni tus hilos, ni tu podcast por mucho que me invites. Tengo a mi disposición una oferta enorme donde si voy a verte es por hacerte un favor.
Tengo muchas decisiones que tomar al día y poco tiempo. Lo siento. No es por ti, es por mi… pero seguro que es culpa tuya.
Verás, lo que hace que la gente se decida a hablar de algo, a comprar algo o a no aburrirse es lo siguiente: ¿Esto es diferente/notable/ remarcable? y esta es la esencia de hacia dónde va la expansión de ideas.
Lo más arriesgado que puedes hacer hoy es ser prudente. Y ser muy bueno es una de las peores cosas que te puede pasar. Ser muy bueno es aburrido, es mediocre. Da igual a lo que te dediques: la música, la escultura, el copy. Si eres muy bueno, nadie lo va a notar.
Toma nota:
el gran marketing no se trata de interrumpir a la gente constantemente o de gritar más fuerte, se trata de hacer algo diferente que llame la atención.
un gran marketing no se trata de gritar más fuerte; se trata de tener algo extraordinario que decir.
Tengo otra mala noticia: aunque consigas tener o crear algo notable, piensa que vivimos en una época de sobre carga sensorial y en una sociedad sobre comunicada. Los científicos han descubierto que una persona es capaz de recibir sólo una cantidad limitada de información sensorial. Más allá de determinado punto, el cerebro se queda en blanco y se niega a funcionar de manera normal.
No te preocupes, ya has dado el primer paso: has comprendido que necesitas tener algo importante que decir y que no debes ser un sandwich mixto. El próximo paso es entender la mente de las personas, para conseguir un atajo y llegar a ella.
La música sigue sonando pero Shakira por fin se ha callado. Estoy en el fondo de la sala. Tú me ves y yo ahora puedo escucharte.
Ven conmigo, que mañana te sigo explicando…
¡Excelente! Muchas felicidades por este newsletter.
Si todos los boletines van a ser como este, ¡éxito asegurado!