Cómo encontrar un propósito en medio del caos
¿Qué haces cuando no sabes qué hacer? ¿Qué te hace sentir viva?
Me encuentro en un momento extraño de mi vida. Muy extraño.
Todo empezó hace algo más de un año: tenía un buen trabajo, proyectos interesantes, personas maravillosas a mi alrededor… pero había algo que no encajaba. Era como si estuviera viviendo mi vida con el piloto automático puesto.
¿Te ha pasado?
Es esa sensación de que haces cosas porque tienes que hacerlas, pero no porque realmente te muevan.
Mi psicólogo me dice que debo cambiar los “tengo que” por “quiero”… a veces lo consigo.
Hace poco, me topé con una frase que me dejó pensando:
"La vida sin propósito es como intentar navegar sin brújula."
Un símil, que diría mi querido Aristóteles… Pues bien, así me encuentro yo, en mitad de un océano existencial, con un remo roto y cero sentido de dirección (ni siquiera sé leer las estrellas para que me guíen).
Quedarte a la deriva está bien durante un tiempo, lo malo es que yo ya estoy cogiendo hipotermia y no me queda otra que ponerme las pilas y hacer algo al respecto.
Hace algún tiempo, hablando con buenos amigos (Ángel, Elena, David…), acabamos debatiendo sobre el propósito y personalmente llegaba a la conclusión de que yo había perdido el mío respecto a la vida, al trabajo, a todo… es más, quizás ni siquiera lo había tenido nunca… (mi psicólogo también dice que hace años que me subí en una moto a 200 km/h y ahora me he parado para pensar dónde coño iba…).
Como es una conversación que escucho a mucha gente últimamente, quiero compartir contigo mis reflexiones, por si te resuenan o te ayudan a encontrar tu propio propósito.
El lagarto, el perro y el filósofo: ¿Qué significa tener un propósito?
Para mí, la palabra "propósito" siempre sonaba demasiado grande. Como si fuera algo reservado para genios o iluminados. Pero lo cierto es que no necesitas descubrir la cura para el cáncer ni escalar el Everest para tener uno. A veces, el propósito está en las pequeñas cosas: en cómo haces sentir a los demás, en cómo aportas algo único al mundo, en cómo eliges vivir tu vida.
Lo entendí cuando leí sobre el modelo del cerebro triúnico (sí, suena técnico, pero aguanta conmigo). Resulta que tenemos un cerebro triúnico: reptiliano (instinto), mamífero (emoción) y primate (razonamiento).
Es decir, nuestro cerebro es como una boyband disfuncional: tenemos un lagarto (instinto), un perro (emoción) y un filósofo (razonamiento). Y estos tres no siempre se ponen de acuerdo. El lagarto solo quiere sobrevivir, el perro busca placer y el filósofo... bueno, el filósofo se pregunta por el sentido de la vida mientras se come cualquier cosa, es decir, necesita significado.
Cuando entiendes esto, poco a poco te das cuenta de que tu cerebro racional está hambriento de algo más profundo. Personalmente me di cuenta de que simplemente yo estaba sobreviviendo y ya no quería eso. Ahora quería vivir con intención. ¿Sería eso el propósito?.
La respuesta me la encontré no hace mucho, leyendo “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl. Según Frankl, el sentido de la vida reside en encontrar un propósito. Si tenemos un "por qué", siempre encontraremos un "cómo".
Vaya, tal cual sucede en branding cuando creamos el círculo de oro de las marcas… comenzamos siempre por el por qué y ese por qué, nunca es para ti ni para la empresa, debe ser para los demás, creo que ese enfoque es clave.
Y es que una de las ideas más revolucionarias de Frankl es que la auto-realización solo puede alcanzarse como efecto secundario de la auto-trascendencia. En otras palabras:
Cuando nos entregamos a una causa mayor que nosotros mismos, encontramos nuestro verdadero potencial.
Esto me lleva a preguntarme: ¿Cómo puedo usar mis habilidades y pasiones para servir a algo más grande que yo? ¿Cómo puedo contribuir al bienestar de otros?
Buscando las fuentes de sentido
Habilidades y pasiones… jummmm… suena bien descubrirlas para encontrar de una puñetera vez ese propósito, ¿no crees?
Me senté con un café y una libreta y empecé a desmenuzar cada parte:
Habilidades: ¿Qué se me da bien? Piensa Ana, piensa… Tocar las nari… Cantar… No… Hablar…. (¿es eso una habilidad?)… Ya está: Conectar con las personas a través de las palabras y cuestionar lo establecido. Sí, esto me resuena.
Pasiones: ¿Qué es lo que más importa para mí? ¿qué me apasiona?… Joder, qué difícil. Me apasiona hablar, que la gente comprenda y descubra cosas nuevas, explicar, conectar, la autenticidad, el humor, la luna, la melena suelta y el impacto positivo.
Vale, y ahora la gran pregunta
¿Cómo puedo usar esto para ayudar a otras personas?
Quizás inspirándolas a encontrar su voz y construir algo significativo. Dejar su huella, vaya.
Cuando junté estas piezas, todo empezó a cobrar sentido. Mi propósito no era "trabajar" o "marketing”, “branding” o “comunicación”. No es tampoco “crear contenido" o “vivir de mi misma”…
Era (y es) usar mi voz (y mis habilidades de comunicación) para desafiar miedos, romper barreras y ayudar a otras personas a hacer lo mismo.
Tu propósito no es estático
No te voy a mentir: encontrar tu propósito puede ser abrumador y un coñazo. Pero hay algo que aprendí durante este proceso y quiero compartir contigo: simplifica.
No necesitas tener todas las respuestas hoy mismo. Empieza con preguntas pequeñas:
¿Qué te hace sentir vivo/a?
¿Qué te emociona tanto que perderías la noción del tiempo haciéndolo?
¿Cómo puedes usar eso para impactar positivamente en otros?
En mi caso, simplificar significó dejar de intentar ser todo para todos y enfocarme en lo que realmente resuena conmigo. Dejé atrás proyectos que no se alineaban con mis valores y estoy empezando a construir desde lo esencial (en breve sabrás más de mi).
Además me he dado cuenta de una cosa que también he hablado con mi psicólogo (me estoy dejando una pasta que no es normal): tu propósito no es algo fijo. Cambia contigo, evoluciona conforme creces y aprendes. Lo que te mueve hoy puede ser diferente mañana, y eso está bien.
Hace unos años, mi propósito era simplemente sobrevivir al caos del día a día. Era ser la mejor en todo. Era tener más y más y más…. (reconocimiento, dinero, prestigio)
Hoy, es ayudar a otras personas a encontrar su voz y transformar sus vidas a través de la comunicación. ¿Mañana? Quién sabe. Pero lo importante es seguir explorando, seguir cuestionando y seguir avanzando.
Si has llegado hasta aquí, enhorabuena.
Quiero decirte algo: está bien no tener todas las respuestas ahora mismo. Lo importante es empezar el viaje. Haz preguntas difíciles, experimenta sin miedo al fracaso y, sobre todo, busca formas de trascender tus propias limitaciones sirviendo a algo más grande que tú mismo/a.
Porque al final del día, vivir con propósito no significa tener todo resuelto; significa elegir cada día vivir con intención y con la valentía de buscar un significado más profundo en todo lo que hacemos.
Y como este es un post un poquito más personal y yo “me he desnudado”, me encantaría que tu también compartieras tus reflexiones, tu viaje y tu propósito si lo tienes. Los comentarios están abiertos ;D.
¿Que yo te he ayudado a cambiarte la vida??? pues ahora te toca a ti cambiarme la mía!! 😂
Gran post Ana, otro más, creo que deberías dedicarte a esto, ohh waitt 🤯
Por aquí, más de lo mismo, buscando mi propósito, algo que me motive, apasione y sea más grande que yo. Mientras tanto, intento echarme unas risas y disfrutar la vida todo lo que pueda.
Un abrazo 💚
¡Empecemos el viaje!