Quiero que me escuches
Porque tengo un mensaje importante para ti: deja de ser tú mismo o tú misma.
“Sé tú mismo”.
El mantra más repetido y más idiota del mundo, pero como la vida va de decir frases de otros como focas, pues constantemente es algo que te encontrarás en cualquier red social, especialmente cuando expresas dudas sobre algo.
Dudas del tipo:
“Estoy preparando una charla y estoy nerviosa. Ojalá que lo haga bien”.
Entonces todos, todas y todes, salen en seguida al rescate diciéndote lo más estandard del mundo:
“Sé tu misma y verás como sale todo bien" o “Te va a salir genial, solo necesitas ser tu misma”.
Hermanitas de la caridad, qué pereza me da el ser humano en general. Supongo que si eres gilipollas, también te toca seguir siendo tú mismo o tú misma…
O mejor aún: si no tienes ni idea de como eres, también puedes seguir siendo tú misma o mismo. Es como buscar Google en Google.
Déjame decirte algo: seguir siendo uno mismo es uno de los grandes errores que vas a cometer en tu vida, te digan lo que te digan los borreguitos disciplinados.
Yo siempre voy a aspirar a ser una mejor versión de mi misma y para conseguirlo, no hay ningún otro truco que escuchar a los demás y recibir feedback (o retroalimentación que diríamos en castellano).
Porque querido lector o lectora, reconócelo:
a nadie le importa como eres, ni siquiera sabes lo que esperan y menos cuando das una charla o cuando comunicas.
A lo largo de mi vida, cuando he explicado ciertas pautas para ayudar a las personas a expresarse mejor en público (no necesariamente en un evento, sino cuando tienes algo que contar), siempre está el listo de turno que dice algo como:
“No estoy de acuerdo contigo, Ana. Soy quien soy, y si de repente actúo de manera diferente, pensarán que es falso”.
Me encantan estos comentarios. Bueno, en realidad, no.. Los odio. Les metería los pies descalzos en una piscina de hielo, porque además lo dicen con una soberbia fuera de lugar. Es un patrón.
Comentarios como estos se basan en puntos de vista subjetivos, conceptos erróneos y suposiciones falsas, por eso quien los dice, utiliza la soberbia y cierto sentido de superioridad para expresarse, de tal manera que así parece seguro de sí mismo.
No querido, estas personas no tienen la menor idea de lo que la gente realmente piensa de ellos. Y además, la mejor pregunta de todas:
¿Quiénes son ellos? ¿Es que todo el mundo piensa igual?
No soy yo misma y no quiero serlo
Mi formación para aprender a comunicar empezó en el año 2005 aproximadamente, pero hasta 2013, no comencé a desarrollar esta “habilidad” de hablar en público, a través de una formación que me cambió la vida.
Después de esa vez y esa formación, que no me dio todo lo que sé pero me cambió la mente, cada vez que hablo en público, ya sea con mi equipo, en eventos, en congresos, en presentaciones a cliente o cuando le suelto el rollo a mi psicólogo, siempre sigo aprendiendo. ¿Sabes por qué?
Porque vivo de la retroalimentación constante: vivo de la crítica y si es positiva más. Vivo de preguntar lo que han entendido cuando acabo de hablar.
Vivo de entender la sensación que le queda a la gente cuando hago un silencio.
Vivo de escuchar y de observar.
Gracias a eso, cada día dejo de ser yo misma, porque estoy en constante evolución. No quiero ser siempre la misma persona y allá tú con tus ideas, no debato estupideces.
Me acuerdo la primera vez que di una charla en público y seguí la regla número 1 de la retórica: No hay reglas.
¿Dije mi nombre nada más empezar a hablar? Nop
¿Dije gracias al final? Nopooooo
¿Puse 10.000 slides con texto pequeño? Nain
¿Hablé de datos datos datos datos? Ni de coña.
¿Fui yo misma? No, fui una versión mejorada gracias a todas las veces que había contado mis historias en petit comité y observaba lo que más gustaba y lo que no.
A lo largo de estos años he creado mi propio estilo a la hora de hablar: el estilo killer, que dirían algunos: enérgico, divertido, ligero, desenfadado, desafiando la corrección política, gramatical y de todo tipo.
Es un estilo que evoluciona y se nutre en base de las reacciones positivas que observo y que gente amable me dice por el camino.
Piensa una cosa, querida amiga que quieres seguir siendo tú misma: ¿te has dado cuenta de que en comunicación (y en todo) la mayoría de nosotros copiamos la mediocridad?
¿No me digas que no te has fijado? ¿Te suena esto?
- “Hola. Bueno pues yo soy Fulanito y durante x años me he dedicado a…”
- “Hola, pues como ya han dicho, yo soy YYY y os voy a contar un poco sobre mi”
- “Hola a todos, en primer lugar, quiero disculparme porque cuando me invitaron a este evento no he tenido mucho tiempo de preparar mi charla. [Nunca digas 'Lo siento' en el escenario. Rebaja tu autoridad.] ¿Se me oye bien? Sí, a ver…. ahora estamos listos. ¿Lo estamos? Así que vamos. Pero antes de eso, también quiero agradecer a Fulanita y Menganito por invitarme, la verdad es que es un placer estar aquí(…) también os digo que si tenéis alguna pregunta durante mi presentación, ¡no lo dudéis y dispara! [¡¡Esta es una invitación exclusiva a que te manden a la mierda, enhorabuena!!].
Después de esto llega lo mejor: sonrisa constante nerviosa en el escenario mientras escucha sus propias palabras y se sumerge en su jerga habitual: KPI, métricas, indexación, AI, scrapping, tasas de conversión, ROAS, eficiencias, valores, orientación al cliente... un tsunami de clichés comerciales y de marketing (o de cacá de la vaca)
Después de estos 10 o 15 primeros minutos horribles, ¿no preferirías masticar cristales? ¿En serio al que está en el escenario le vas a decir “sé tú mismo y todo saldrá bien…”?
Muerte a la mediocridad.
Si aún así sigues pensando que cada uno lo hace lo mejor que puede y que hay que ser uno mismo, deja de leerme y vete a dar un paseo, porque desde ya te digo que no eres para mí, ni yo para ti.
Por regla general, la gente en los discursos, eventos o cuando quieren contar algo (llámale charla, webinar, reunión, hasta tomar una cerveza…) hablan sin un mensaje.
Gente como el ejemplo que te he puesto de introducción en los párrafos anteriores, están presente en todos los eventos y no se dan cuenta que lo que dicen no llega a nadie, porque el resto de personas (como tú y como yo) estamos aplaudiéndoles como focas y diciéndoles que son unos cracks y que sean ellos mismos!!!.
A lo largo de este tiempo, solo me he encontrado a una persona que se ha cuestionado las cosas… y que encima hace poco va y me hace una proposición indecente.
Como soy más chula que un ocho, le pedí algo muy sencillo a cambio:
Joder y va el tío y me lo da…
Y quiero ser yo misma… y quiero tiempo, para pensar, para salir corriendo, para ver si algo tiene sentido…
Y le pedí tiempo y también me lo dio. ¿Crees que si le pido otra cosa, también me la concede?
El tiempo es enemigo de todo, porque todo lo enfría. Lo siento mucho David…
No es por ti, es por mi
David, me da igual los motivos que me dijiste y que sé que te dijo la gente. Lo siento, pero no me parecen de peso y ni siquiera son buenos.
Ayer me pasó una cosa. Pensé en mandarte a la mierda, perdóname David. No tengo tiempo para nada y eso me genera angustia y dolor de cabeza. Me fui al sofá, por la tarde, a echarme y descansar porque me dolía la cabeza y no quería ir ni al gimnasio…
Cogí un libro que tengo en el reposabrazos para cuando no quiero pensar. Es de historias cortas de Stephen King y de pronto, debajo del todo encontré un banderín.
Ese banderín es el primero de algunos que tengo de Toastmaster (un club internacional de oratoria al que voy algunos martes) y que me he ganado varias veces por “ser la mejor” improvisando discursos.
Pensé en los feedback que siempre he recibido cuando he ido al club y he hablado. Pensé en que gracias a todos y todas los que me escuchan y deciden que yo gane (o no) el banderín, soy esa mejor versión de “yo misma”.
Pensé en mi sueño de ganar el concurso a nivel internacional y de representar a España. Es un sueño que mucha gente se ríe cuando lo cuento porque es casi imposible, pero qué coño, es mi sueño.
En definitiva, pensé.
No se trata de ti, David. Ni si quiera se trata de ellos y ellas y esta vez, se trata de mí y por eso mi respuesta es un SÍ.
Un sí por lo siguiente:
- Porque el silencio no ayuda a mejorar.
- Porque estoy harta de convencionalismos, de status quo y de falsos profesionales y profetas.
- Porque quiero que la gente vaya a escuchar charlas como si fuera a escuchar un concierto de su artista favorito, que aunque lo puede grabar, no hay nada como el directo.
- Porque todos necesitamos ser escuchados y tener una oportunidad para seguir siendo nuestra mejor versión.
- Porque desde el principio hay mucha gente que cuando he preparado una charla, un discurso, una clase o una presentación, me ha dicho que no podía hacerlo así y sí, PUEDO.
- Porque me gusta la gente con retos que quiere aprender y no busca la autojustificación y autofelación en redes.
- Porque tienes que entender que para comunicar, debes poner en el centro al que te escucha y no a ti mismo que eres el que habla.
- Porque soy fan de Aristóteles y la retórica (y más de su primera regla: que no hay reglas).
- Porque no quiero que ni tú ni Angélica sigáis siendo vosotros mismos. Ni siquiera yo.
En definitiva, porque quiero que juntos seamos una gran y mejor versión posible de lo que podemos ser y ayudemos a la gente a que también lo sea.
Se acabaron las reglas.
Se acabaron las cervezas en el bar.
A la mierda los T-Rex
Muerte a la mediocridad. Vamos a romper el estándar.
Que comience el rock & roll y la oratoria…
Muchas gracias.
Pos me lo has puesto a güevo.
Te voy a decir 3 cositas (Que coño, sabes que te voy a decir bastantes más 😜), aunque la primera no es mía, sino de un tal Ortega que dijo aquello de :
"No es eso, coño. No es eso"
Te debería estar agradecido por escribirme un post personalmente, aunque viendo como me pones, mejor me meto el agradecimiento por donde nace Eolo.
Pero al lío, que me has pillado con ganas.
Por mucho que te empeñes e intentes remediarlo derrochando conocimientos de manera gratuita, los gilipollas, vamos a seguir siéndolo toda la vida.
Te pongas como te pongas.
También te diré que un gilipollas no es soberbio (En mi caso, el único pecado que me afecta es la lujuria. Y es mucha puesto que donde los demás meten 7 pecados, yo meto solo 1). Simplemente, somos gilipollas y en base a esa tara, vivimos e interactuamos sin tener ninguna otra doblez.
La memez esa del sé tú mismo, es una memez en sí, por la sencilla razón que la dijo un tipo para vender algo. Y por eso, la digresión que enuncias a continuación es falsa.
Tú quieres ser una versión mejor de ti misma. Pero ¿En qué te basas para considerar que es mejor?
¿Crees que eres mejor por adquirir nuevas habilidades que te permiten desarrollarte mejor?
¿Quién dice que ese desarrollo es mejor que otro?
¿Porqué supones que lo que los demás piensen de ti, es más válido que lo que pienses de ti mismo?
Resulta pedante pensar que sin reglas vas a ser una versión mejor que tú "yo" anterior. Puesto que si es así ¿Cómo valoras que eres mejor? No hay reglas que puedan medir si eso a sido una evolución o una involución.
Quizás y solo quizás, el "se tú mismo" es una mera acepción para que proyectes la espontaneidad, esa parte que tienes escondida por no contravenir los estereotipos sociales. Todo eso de crear una versión mejor del ti misma es otra gilipollez para decir que al adquirir otras habilidades, tu esencia cambia.
Ni que decir tiene, que la practica y el estudio mejoran las habilidades que tienes, pero esas habilidades ni te cambian ni te mejoran. Puedes ser un gilipollas muy culto, muy bueno en un deporte, o en lo que sea, pero sigues siendo un gilipollas.
Por tanto, por mucha oratoria que practiques, por mucho Demóstenes que emules y por mucha retórica que estudies, conseguirás mejorar tu mensaje pero no cambiarás tu esencia. Tú misma lo has dicho, todo lo que has estudiado te ha servido para mejorar y definir tu estilo, para aclarar tu mensaje pero no sabemos si ha servido para modificar como te sientes cuando te metes en la cama (Ya sabes que me tienes a tu disposición para hacer un estudio exhaustivo de como te vas a la cama 😜)
No sabía yo que existían sitios para ir a ensayar y dar discursos, ahora que lo sé, posiblemente me apunte para medirme contigo y ver si realmente ers tan buena (Nah, es mentira, si lo hago es para poder ver tu cuerpo serrano in person).
Lo único que me ha jodido del articulo, de verdad, es que quieras acabar con las cervezas del bar y que mandes a la mierda a los dinosaurios.
Esa afrenta no se si te la podrás hacer perdonar ni con un beso te tornillo. Tendrás que probar porque estoy muy dolido.