¿Bailamos?
¿Qué tienen en común un buen orador y un DJ en una fiesta? Ambos pueden sincronizar cerebros. Cuando escuchamos una historia que nos atrapa, nuestras neuronas literalmente bailan juntas.
Imagina una cosa. Comenzamos a hablar y de pronto conectamos de una manera muy bestia. Te cuento mi vida, mi mundo y tu lo visualizas, lo vives y hasta sientes lo que yo siento en cada palabra que expreso. Es como si tu cerebro y el mío hicieran match en Tinder, pero sin la incomodidad del primer café (lo siento, no bebo alcohol).
Bienvenido al mundo de la sincronía neuronal, donde la ciencia intenta explicar cómo un buen cuentacuentos, un gran speaker o una persona con ciertas habilidades comunicativas, puede literalmente alinear nuestras ondas cerebrales.
Te lo voy a explicar con un ejemplo. Hace relativamente poco participé en un evento que organizaron Matt y Edu (mis unicornios de confianza), sobre Marketing para Negocios locales.
En él, tenía que hablar sobre branding y la importancia de crear una marca que conecte con la audiencia. Era la primera ponencia que daba tras pasar una crisis personal y profesional (que aún estoy atravesando).
Estaba nerviosa y emocionada a la vez, ya que a través de una parte de mi historia personal, quería explicar cómo podemos ser recordados…
Dale al play y vete al minuto 13:58 (que no me ha dejado youtube recortar el clip…)
Ojo: pinchas y sales de aquí pero luego vuelve que si no me siento sola
Si te has ido al segundo indicado (justo cuando acaba el vídeo), verás que me quedo diciendo que ese día, le di un último beso a mi pareja, Ernesto y que yo no lo sabía…
Después dejé un silencio incómodo, para que quienes me escucharan pensaran sobre ello y ¿sabes qué?: hubo caras de asombro, hubo lágrimas, hubo expectación… en definitiva se generó lo que se conoce como sincronía neuronal y es de lo que te voy a hablar hoy.
La sincronía neuronal ocurre cuando las actividades de ciertas regiones de nuestro cerebro se sincronizan con las de otra persona mientras escuchamos una historia. En teoría, esta magia cerebral explica por qué entendemos el punto de una anécdota cuando nos la cuentan o lloramos con el final de una película que prometimos no ver (como el Rey León o alguna de estas…).
¿Dónde ocurre la acción en nuestro cerebro?
Según la investigadora, Kristin Shumaker (cuya tésis está super interesante y aquí puedes leer un extracto) recientes, las zonas VIP del cerebro en la sincronización neuronal son:
El sistema de mentalización: Donde jugamos a "¿qué estará pensando esta persona?". Esto es crucial para convertirnos en narradores con un mínimo de empatía. Es decir, debes ponerte en la piel del que te escucha. ¿Sabes lo que aburre escuchar a un robot con el mismo tono todo el tiempo?. Piensa en lo que te a ti te gustaría escuchar y especialmente piensa en cómo y hazlo.
El sistema de relevancia personal: Esta es la zona que decide si la historia me interesa porque me recuerda algo de mi vida o si voy a fingir que estoy escuchando mientras pienso en la lista del súper. Normalmente, la historia que yo utilicé en mi charla como hilo conductor (mi ruptura), sabía que era algo fácil de asimilar por el público, ya que todas las personas nos hemos enfrentado alguna vez a un hecho así.
Ambas áreas trabajan juntas para que el orador (speaker o narrador si escribes) y su audiencia logren algo más difícil que armar un mueble de IKEA sin instrucciones (o con instrucciones para mi): compartir significado.
Historias: el pegamento social que consigue que te escuchen
Desde tiempos inmemoriales, hemos usado las historias para pasar el rato, enseñar lecciones morales y, seamos sinceros, manipular un poquito (la puntita solo). Pero la sincronía neuronal le da un nuevo giro a este hábito ancestral, ya que no se trata solo de qué escuchamos; cuando una historia está bien contada, nuestro cerebro empieza a funcionar al unísono con el del narrador.
Comienza el baile.
¿Bailamos?
¿El resultado? Nos enganchamos, recordamos los detalles y, lo más importante, nos sentimos conectados.
Tras mi charla en el evento, ¿sabes cuánta gente vino a compartirme sus historias? Fue mágico, porque había gente que me confesó que se había emocionado o que simplemente se quebraron al escucharme y es que todo tiene una explicación: cuanto más alineados están los cerebros, más probabilidades hay de que el oyente no solo recuerde los datos de la historia, sino también los sentimientos que el narrador intente transmitir.
Siempre lo diré:
Un buen speaker, es algo así como un hacker cerebros, pero con consentimiento - Ana Mata, Anonymus de día y soñadora de noche
Además, este fenómeno no solo ocurre entre oradores y oyentes, sino también entre grupos que escuchan la misma historia.
Volvemos a mi charla que te he dejado en vídeo (es mi blog y hablo de mi, no me excusaré por ello). Cuando dije que no sabía que era la última vez que iba a besar a mi pareja y guardé un silencio reflexivo, ocurrió algo curioso: unas personas sintieron un nudo en la garganta al pensar que mi pareja había muerto. Otras sin embargo, pensaron que hablaba de ruptura sentimental (opción correcta).
Todo estaba pensado y orquestado, ya que al dejar ese silencio intencional, sabía que la audiencia iba a rellenar según sus propias experiencias, lo que yo no estaba contando y en ese momento oculté.
Básicamente, tu cerebro decide con quién sincronizarse según el tipo de historia que le interese. ¿Es eso inclusión cerebral selectiva? Sin duda.
¿Para qué nos sirve conocer la existencia de la sincronía neuronal?
Más allá del nerdismo científico, la sincronía neuronal tiene aplicaciones en la vida cotidiana. Puede ayudarnos a entender cómo mejorar nuestra comunicación, construir conexiones más profundas y, por qué no, convertirnos en mejores narradores (ideal para cenas familiares, presentaciones, webinars o cuando quieres ganar discusiones con datos que parecen emocionales).
Sin embargo, no todas las historias generan sincronía. Las malas narrativas, la falta de contexto o un tono que no conecta emocionalmente, dejan nuestras ondas cerebrales igual de desincronizadas que los pasos en una boda, pero esto es otra historia que ya te contaré.
Para resumir, la sincronía neuronal es como esa conexión perfecta en una conversación: rara, mágica y, probablemente accidental. Somos contadores de historias en el fondo y hemos nacido para bailar juntos. ¿No crees?
¿Y tú, qué historia has contado últimamente que haya resonado con alguien?
Hooooooombre, la tía más buena del espacio cibernético vuelve a escribir. Que alegría volver a leerte, morena.
Cómo te veo un poco plof, hoy no voy a discutir contigo que tienes que venirte arriba.
Lo único que te puedo asegurar es que el tiempo todo lo cura ( O todo locura, según lo quieras ver ). Tras 2 divorcios, doy fe de ello.
Y si, las historias enganchan, si no, este cuerpo escombro que te escribe no se habría comido ni un colín, pero como dices, unas enganchan y otras adormecen, y eso va en la parte del narrador.
La única afrenta que me llevo de tu regreso es que no bebas alcohol.
A que voy a invitar yo ahora a las cervezas.
Un abrazo muy grande, guapetona 😘
Hola Ana! Encantado de volver a leerte! Y escucharte en el vídeo, que siempre es un placer!
Me parece muy interesante lo que cuentas, muchas gracias por compartirlo.
Tansólo quería agradecerte, saludarte y darte ánimos, que te he visto un poco floja... 10 años es mucho tiempo, pero todo son etapas, así que lo tapas y a otra cosa.
Un abrazo, GRANDE!