Reportera o columnista
Si todo el mundo piensa igual, es que alguien no está pensando...
Estudié periodismo hace muchos años. Soy licenciada y no puedo decir aquello de “a mucha honra”, porque de aquello que estudié a lo que hay hoy en el mundo no queda nada: ni principios, ni valores, ni ética, ni integridad.
No se lo cuentes a nadie pero de mayor quería ser Oriana Fallaci.
Seguramente ni te suena, pero para mi, era el espejo en el que me quería mirar y representaba todo lo que quería ser.
Yo veía mi vida cargada de similitudes, ya que en su casa (como en la mía), existía el peso de una fuerte tradición de la rama sanitaria y médica, que hacía que cualquier oficio que no fuera encaminado a algo tan importante como salvar o cambiar la vida a alguien, no era nada.
El legado.
El peso del linaje.
La oveja negra que se sale del redil y acaba estudiando… periodismo…
- “Estudiar para escribir… ¡es tremendo!. Todo el mundo sabe escribir, no tiene sentido…” - me decían en mi círculo familiar.
- “No estudio para escribir, estudio para saber contar lo que pasa y que me escuchen” - argumentaba yo.
- “Estudias para hablar y que te escuchen entonces, ¿no?… ¡pues cómprate un mono que te haga caso, que esto es tu futuro! … ¿Pero te lo has pensado bien? Puedes entrar en medicina… piensa dentro de unos años, te vas a arrepentir Ana…
“Te vas a arrepentir”…
Y un cuerno.
No me arrepiento de nada y cada vez noto más diferencia entre quien sabe escribir y quien sabe hablar y entre aquellas personas que simplemente escriben o simplemente hablan.
A los primeros, se les escucha y se les lee. A los segundos, no.
Por eso no me arrepiento, porque en un mundo dominado por la Inteligencia Artificial, por la sobre estimulación constante, por las distracciones, etc, tengo la suerte de decir que se me escucha y se me lee y eso no es fácil.
¡Chúpate esa futuro!
A veces me pongo a pensar ¿por qué?.
Es decir, hace tiempo escribía en un blog (no lo actualizo desde hace 5 años), en el que a pesar de escribir artículos extensos de temática de marketing y complejos, la gente los leía y mucho. El post con menos comentarios que tengo es con 50, y además comentarios de valor y de debate, no solo aquellos de “muchas gracias, muy buen contenido”.
Hace unos meses que abrí este perfil que estás leyendo ahora mismo y aunque es cierto que no consigo la cantidad de comentarios que conseguía en mi antiguo blog, los números son muy buenos y esos comentarios me llegan por privado vía email.
¿Por qué? ¿Por qué me lees? Esta pregunta espero tu respuesta en los comentarios y así me ayudas. Mientras, en este post yo te voy a dar lo que creo que son las claves y que quizás te pueden servir de guía si creas contenido.
El ataque de los clones
Verás, mucha gente va de moderna, de disruptiva y de guay y te cuentan que hacen contenido de la siguiente forma:
Comienzan con una investigación de palabras clave
Escriben una publicación de blog
La publican y distribuyen en redes sociales
Pasan a la siguiente pieza de contenido
Que oye, este enfoque está muy bien si eres marca o personita… especialmente si aún vives en 2015…. Mejor aún, en 2010 funcionaba de la leche.
¿Y ahora qué?
El mundo está saturado y abarrotado de contenidos, de guías de tutoriales, de entrevistas a expertos. ¡Ay dios! el día que me meta con la gente que hace entrevistas no dejo vivo a nadie, porque no se puede llamar entrevista cuando ni siquiera te has informado de quién es la persona a la que tienes delante y lo conoces más que a ti mismo.
Estamos contando lo mismo una y otra vez en todos los canales y formatos que hay. Ya lo decía mi querida Elena Fenoll (gran descubrimiento para mi este año) hace unos días en X.
Elena y todo el mundo en realidad, nos quejamos de lo mismo:
No hay nada nuevo. Mismos temas, contados de la misma manera.
Eso sí, como en este santo mundillo hay que ser hipócrita, entre todos nos decimos lo bien que has hecho esto, lo otro o lo crack que somos todos.
Esto es como cuando antes todo el mundo decía que veía documentales y los ranking de audiencia siempre están liderados por programas de telerrealidad.
Personalmente, no me hacen muchas entrevistas, pero las que me han hecho, te podría decir que el 90% seguían el mismo patrón:
- Preséntate a ti misma
- ¿Quién es Ana Mata?
- Preguntas random sin ningún tema concreto
- ¿Dónde podemos seguirte?, venga hazte un poco de spam…
Y ahí está el problema: que seguimos en lo genérico, en lo abstracto y en lo random.
No culpes al algoritmo de lo que te pasa por gilipollas
Como loros educados, seguimos compartiendo esta “Super entrevista que me hicieron en [inserte nombre de programa] y me lo pasé genial”…
A la vez nos quejamos de las visualizaciones, los likes y la dictadura de lo efímero que es lo que importa hoy en día. No, la culpa no es de Elon, ni de Mark. La culpa es tuya, que creas contenido vacío.
¿Qué es el contenido vacío? Aquel que no se corresponde con lo que yo llamo “pensamiento original”, que es aquello que debe regir siempre a tu marca o aquello que produces.
El pensamiento original ayuda a eliminar el ruido en redes y medios, debido a su singularidad inherente: la gente no puede encontrar ese contenido en ningún otro lugar.
Eres únicamente tú y tu marca.
¿Entiendes por dónde voy?
Cuando digo que eres tú y solo tú hablo de lo siguiente:
Solo tú puedes crear ese contenido porque se trata de tu experiencia: Tanto aquí como en mi otro blog, lo que caracteriza a mi contenido es que siempre se basa en MI experiencia. Mi experiencia es MIA y no TUYA, ¿entiendes?. Te hablo de lo que he conseguido, lo que he hecho, vivido, fracasado, las veces que he tenido razón y las que me he equivocado. ¡Joder, te he contado hasta cuando me pillaron mis padres un paquete de tabaco cuando era pequeña! Seguramente tu también tienes historias para compartir y emociones. ¿Tienes experiencia montando una empresa? ¿liderando un equipo? ¿poniendo en marcha una estrategia que no sale bien?. Cuéntalo en primera persona como nadie jamás pueda hacerlo y deja de dar lecciones generalistas de cómo todo el mundo lo hace.
Solo tú puedes crear ese contenido porque se trata de tus aportes y observaciones: si me lees aquí o me escuchas en cualquier lado, cargo todo lo que genero y produzco de nuevos aportes y puntos de vista personales (e incómodos). Si opino del cambio de marca de Twitter a X, no te cuento lo que te dicen todos si no que te doy mi enfoque y te lo mezclo con otra de mis grandes pasiones: arte, literatura, fotografía… ¿Puedes escribir algo así? No, porque no eres yo. Por eso a mi me leerán cuando hablo de X. Porque lo mezclo con Romeo y Julieta. Por eso a ti no, porque les das lecciones del qué y del cómo… nunca les cuentas los por qués, ni compartes tu enfoque… esperas a que los demás opinen para sumarte a la corriente mayoritaria… Eres…. ¿cómo se dice?… ah sí, “bien queda” o “cobarde”, lo que más te identifique, pero pasarás desapercibido.
Solo tú puedes crear ese contenido porque se trata de tus aprendizajes: Una vez más tienes la oportunidad única (como marca o como usuario), de compartir lo que has aprendido sobre cualquier tema en concreto (que genere muchas búsquedas en Google o lo que te salga de la punta del pie derecho). Como dice David, “Stay Hungry” y si siempre estás hambriento como yo, a parte de tener que quemarlo luego en el gimnasio tienes una posición privilegiada a través de la cual no vas a parar nunca de hacerte preguntas y obtener nuevas respuestas y aprendizajes. Porque sí, soy una persona que se equivoca muchísimo y ¿sabes por qué?, porque siempre lo intento.
Eso es lo que he aprendido durante todos estos años que he creado contenido.
No colecciono grandes audiencias. Nunca llego a un público masivo. No es mi objetivo.
Mi objetivo es que te quedes conmigo cuando me descubras. Esto no es una visita casual y lo sabes. Siempre vuelves a por más. Sonríe. Te he pillado.
Mi objetivo es que quieras preguntarme mi opinión porque la valoras y la respetas.
Mi objetivo es que a veces hasta pienses: “esto es muy Ana Mata”.
El resto de gente, que siga llegando al público masivo. Yo te quiero a ti y aquí estás ahora pasando de una palabra a otra y sintiendo cómo te estoy clavando puñales en el pecho con cada cosa que te he dicho.
No te castigues. Si te hubieras dado cuenta antes, no tendría sentido que yo escribiera esto y me está quedando demasiado mono como para desaprovecharlo.
Esto sí es periodismo
Las marcas necesitan más reporteros y menos columnistas.
Los columnistas son el “ChatGPT” de los periódicos (aunque los hay muy buenos). “Sus jefes” les encargan un artículo de opinión sobre X cuestión de actualidad y le dan la línea editorial a seguir. Es decir, le meten el prompt y ellos escupen el texto.
¿Qué obtenemos así?
Miles de artículos iguales en todos lados, solo debes elegir hacia donde tiende más tu ideología: la izquierda o la derecha.
Esto también sucede en el marketing: escribimos contenido estándar para el público estándar. Esto no sólo hace que sea más difícil ganar tracción, sino que también es difícil crear algún contraste en el mercado cuando todo lo que publicas no se ve diferente de lo que publican los demás (y creéme, no se ve)
Los reporteros, sin embargo, crean sus propios ángulos únicos al investigar y explorar.
Yo quería ser Oriana Fallaci y sí, quería ir a la guerra para contar lo que había de primera mano porque nunca me he creído lo que cuentan por la tele.
Yo quería ser Oriana porque siempre hizo preguntas incómodas y relevantes en sus entrevistas, ya que conocía a los entrevistados incluso mejor que ellos mismos y así se ganaba su complicidad y les sacaba de todo.
Oriana despojaba cualquier conflicto de esa parte “heróica” que vendían el resto de medios. Oriana era cruda, real, sin paños calientes y por eso la leían.
Yo quería ser Oriana.
Desde un punto de vista táctico, tomarte la creación de contenidos como si fueras periodista, te permite interactuar con la gente, generar experiencia, aprendizaje, plantearte preguntas y encontrar siempre nuevos enfoques
¿Haces entrevistas?
Pues sigue dejando que el ritmo lo lleve el entrevistado y que sea lo que surja. Sigue sin coger las riendas y ser el protagonista de tu programa. O si lo prefieres, selecciona al entrevistado muy bien y hazle preguntas que nadie le haya hecho nunca. Sorpréndelo, muéstrale interés y que te has preocupado por saber de él. El entrevistado te hace un favor a ti dándote su tiempo y conocimiento y no al revés.
No le hables de lo mismo de siempre (y más si es alguien conocido), porque ya lo ha contado mil veces y eso aburre. Busca nuevos enfoques en esa charla que mantengas, no sigas las reglas, no hagas todo igual.
La vida es aprendizaje, conocimiento, experiencia y sobre todo, la vida va de personas y curiosamente, las personas conectamos con personas.
No hay otra clave del éxito. Al menos estas son mis sospechas, ahora dame la razón o quítamela. Lo tienes fácil, solo debes responderme a esta pregunta:
¿Por qué me lees?
Espero tus comentarios.
Porque, como dice David, cuando te leemos duele. Me acabas de descubrir en este texto por qué me desmotivé con ese podcast al que nunca viniste porque me di cuenta de que algo no lo hacíamos bien. En especial yo.
Porque escribes muy bien, gracias a que hay un fondo de armario que solo se tiene leyendo textos más largos que un tweet, y escritos desde la experiencia vivida.
Y porque aprendo mucho, sabiendo que esa no era tu intención (o sí, qué más da) 😄
Te leo porque me resuena lo que dices y cuando eso pasa, noto que no me estoy atreviendo a muchas cosas. Y de repente, dos líneas mas abajo me sueltas la bofetada de realidad para que me ponga las pilas.
Por otro lado, me gusta cómo escribes y como me vas llevando a donde tu quieres para que yo sola haga el camino y llegue a mi conclusión.
Y, sobre todo, me gusta que me cuenten las cosas como son o al menos cómo las ves según tu experiencia. Sin florituras ni paños calientes. No me haces perder el tiempo y eso lo valoro mucho.